domingo, 28 de febrero de 2010

El tatuaje

La tele aburre, y con esto no he descubierto el mundo, aunque hay que buscar porque siempre sacas algo. Anoche, entre zaping y zaping, me llamó la atención ver bailar a Miguel Angel Rodríguez, ese guapo personaje sacado del paleolitico superior que en el mundo del espectaculo se le conoce como el Sevilla. Nunca me gustó su música pero siempre me gustaron sus originales letras, al verlo bailar (tampoco lo hacía tan mal) me empecé a reir acordandome de la letra de la primera canción que oí de el y que mi compañero de fresadora me cantaba día tras día allá por el mil novecientos noventa y no se cuantos. Todabía la recuerdo enterita:
Sevilla, mil novecientos noventa, estaba yo jartándome de servesa con mi grán amigo Eugenio el loco en el bar de juanchi a sesenta pesetas el tanque, cuando de repente y debido a la calor que hacía, 45 grados a la sombra de un bellotero que daba las bellotas como puños, se quita la camisa y eso no era un pecho, eso era un tebeo del mortadelo, tenia el tio más dibujitos que los tapones de la fanta.
Quillo, loco, ¿a donde te has hecho esos tatuaje? dice: donde va a ser, en Barcelona en to el medio de las Ramblas, un chino una ves que fui pa allá.
Dieciseis mil pesetas el billete de autobús, 22 horas de viaje, con un chofer que el tío no era más desaborio porque no podía, no paraba el tío ni en los stop, por fin llegamos a la estación de san no se quien en Barcelona, me bajo y tres horas buscando la boca del metro, cuando la encuentro me meto y me salgo, y cuando salgo otra vez a la calle, allí estaba cayendo agua pa llevarse tres meses sin regá las masetas, 2500 millones de litros por metro cuadrao... ¡Dios mio de mi arma, Barcelona qué es lo que es, una ciudá o un pantano!. En las Ramblas no había gente, no había perros, no había gatos ni palomas, y el chino, ¿como va a estar el chino? allí los tíos de los quioscos en vez de piriodicos estaban vendiendo chuvasqueros, paraguas, canoas... no haía visto yo más agua en to los días de mi vida, ¡Ay virgen santa!...
Be, doncs aquí deixe este record a esta historia del Sevilla, a tindre un bon dia.
<<-- Ah! podeis probar a darle comida a los peces de la izquierda.


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