domingo, 18 de noviembre de 2012

Bujías para el dolor

Día a día actuamos por imitación, plagiamos lo bueno que era tanto y tan sencillo, imitamos gestos palabras y miradas para al final, ser el todo de tu identidad.
Tal día como hoy al final del pasillo seguirían encendidos dos cirios rojos replicando una ayudita para aliviar el dolor. Hoy ya no hay quien los prenda, pero ese color tenue siempre reavivará su recuerdo.
La vida, ese jodido invento que nos pone obstáculos, ha querido que se acabe la cera, supongo que para bien... si, lo creo.
Quedan en mis hombros miles de abrazos que consuelan, ¡vaya si consuelan!, y confirman que una familia grande es grande.
Llegarán más lagrimas, abrazos, emociones raras, alegrías, más pronto que tarde, todo continúa aunque ella no hay más que una.


5 comentarios:

  1. Que triste! Parece que ha pasado algo malo. Animo!

    ResponderEliminar
  2. Aunque no lo veas,su luz tenue y su candor,siguen prendidos en tu corazón. Los sentimientos no se olvidan,pero el tiempo es sabio y nos da un gran camino para amoldarnos.Tiempo al tiempo...solo espera que sople el viento...a favor.un beso.

    ResponderEliminar
  3. El dolor me resulta indigno. La impotencia cuando alguien de tu intimidad sufre es horrible. El amor del que está al lado, sano, pero sufriendo sicológicamente es grandioso y te hace fuerte.Yo soy una matriarca total,si te duele algo súbete a mi carro. Yo puedo. Y siempre tendrás de mí una sonrisa. Soy un poco loca, eso sí, ;)) y un poco presumida, sólo con llamarme guapa me tendrás ganada. Pero soy enérgica y vital.
    Te sigo también,
    Besos!

    ResponderEliminar